Hoy en día, dada la coyuntura del mercado laboral, especializarse ya no es una decisión que sólo algunos traductores deberíamos tomar. Actualmente, y tomando en consideración la gran competencia que hay en el mercado, todos los profesionales necesitamos adquirir y actualizar nuestros conocimientos.
Si bien los traductores tenemos una curiosidad innata que nos impulsa a investigar y leer, nadie puede dominar todos los temas en profundidad y obtener como resultado un trabajo de máxima calidad. Es por ello que surgen las especializaciones que preparan al traductor o intérprete brindándole los recursos necesarios para que pueda dominar un área en concreto, lo cual hará que se destaque entre la competencia.
¿Por qué el traductor debe elegir una especialidad?
Muchos pueden ser los motivos pero principalmente hay que tener en cuenta dos principios:
- Calidad: cuánto más se trabaja un tema, más conocimiento se obtiene y mejores son los resultados. Además, cada área tiene sus modismos, sus giros idiomáticos y su vocabulario específico, por ello poder abarcar todas las áreas que el mercado requiere resulta casi imposible y seguramente el resultado no sea el mejor.
- Competencia: cada vez es más agresiva la competencia dentro del mercado laboral. No hay mejor estrategia que diferenciarse en un área mediante la especialización.
El proceso del traductor para elegir su especialización
Existen dos factores fundamentales a la hora de decidir:
- ¿Cuál es el área que capta nuestra mayor atención? ¿Cuál es el área que más disfrutamos investigar? Bien dicen que cada uno es el mejor en lo que hace cuando realmente lo disfruta.
- ¿Cómo es el mercado? Es importante investigar el mercado que queremos captar y ver qué campo de la traducción es el que mayor demanda tiene.
De esta manera encontraremos un nicho de mercado al cual podremos ofrecerle nuestros servicios de traducción.
Pero en verdad elegirlo no es tan sencillo. Hay una frase que creo, personalmente, que es la más acertada:
“Tú te especializas o la especialización llega a ti”
Los expertos sugieren decidir una especialización luego de tener ya algunos años de experiencia laboral. Ellos afirman que de este modo, el traductor estará más seguro y tendrá la mente más amplia respecto de la especialización que desea estudiar.
Dependiendo de las oportunidades que se nos presenten, hay traductores que desde el primer día de la carrera eligieron una especialización y esa fue la definitiva; otros que a la mitad de la carrera descubrieron el camino; y otros que, aún después de recibidos, no habían tomado decisión alguna.
En mi opinión, creo que de a poco uno comienza a tener un cierto feeling acerca de cuáles son las áreas de especialización que tienen más demanda en el mercado, y cuáles son las que a uno le apasionan tanto que ni siquiera se da cuenta del correr de las horas de trabajo.
Testimonio de Translatios
Les cuento mi caso. En la universidad siempre nos aconsejaban elegir una especialización; los docentes nos decían que especializarnos en un campo específico de la traducción nos brindaría más oportunidades.
Si bien todos los traductores podemos traducir cualquier tipo de documento que llegue a nuestras manos, la calidad del resultado va a depender de cuánto sepamos sobre ese tema, considerando que muchas veces no contamos con el contexto del documento a traducir y desconocemos hacia quiénes va dirigido. Y ahí creo que está la clave.
Durante mi anteúltimo año de carrera comencé a trabajar en una empresa metalúrgica que fabricaba máquinas envasadoras y tuve la oportunidad de conocer cómo funcionan los equipos, entender las necesidades de quiénes leen sus manuales, aprender terminología específica que utilizan los ingenieros, los inventores, etc. La verdad es que me gustó y de allí surgió una de mis especializaciones.
El conocimiento que uno adquiere con esas oportunidades, sumado a años de experiencia en la materia y a másteres, cursos, charlas y seminarios que enriquecen el conocimiento ya adquirido, es invaluable para el cliente. Es decir, un camino de formación que no tiene techo, es desafiante y por demás interesante.
Trad. María Fernanda Lizárraga