La coronación de Carlos III y su esposa, Camila, como rey y reina consorte del Reino Unido y los demás reinos de la Mancomunidad de Naciones fue el “punto culminante simbólico” de su acceso a la corona el pasado 6 de mayo en la Abadía de Westminster. ​La coronación fue una ocasión estatal financiada por el gobierno británico. El tamaño del festejo puede parecer sorprendente porque el Palacio había indicado anteriormente que Carlos quería una ceremonia reducida, en comparación con la de su madre, dada la crisis del costo de vida que aflige al país. Pero el gobierno británico finalmente consideró el fin de semana de la coronación como una oportunidad para levantar el ánimo después de un duro invierno.

La coronación marcó no solo una unción sagrada y una coronación formal, sino que también incluyó celebraciones públicas. El 7 de mayo tuvo lugar el Gran Almuerzo de la Coronación, que brindó al público la oportunidad de celebrar la ocasión con fiestas callejeras. El Concierto de Coronación se llevó a cabo el mismo día en el Castillo de Windsor con la asistencia de representantes de las organizaciones benéficas del rey y la reina consorte, así como miembros del público en general. El 8 de mayo tuvo lugar la iniciativa Big Help Out para fomentar el servicio comunitario y el voluntariado.

La fotografía oficial más reciente de la coronación del rey Carlos III, publicada por el Palacio de Buckingham, transmite un fuerte mensaje sobre las próximas generaciones de la monarquía británica. En ella aparecen el rey Carlos III con su hijo, el príncipe William, y su nieto, el príncipe George, con lo que se reúnen en una misma imagen al monarca y quienes le siguen en la línea de sucesión.

Entre tantas curiosidades en estos días festivos, vale mencionar que fue la primera vez que un coro de góspel fue parte de la ceremonia de coronación de un rey británico y el rey también tuvo la bendición del arzobispo anglicano de York, marcando una diversidad religiosa del Reino Unido en estos últimos tiempos.

Carlos había sido oficialmente proclamado rey en septiembre de 2022, tras la muerte de su madre, la reina Isabel. Su servicio como heredero al trono fue largo: 70 años, y esto lo convirtió en el monarca con más años de preparación para el reinado. A los 74 años, es el de mayor edad que ha subido al trono británico. y es un rey que nunca realmente ha obtenido una alta aprobación del pueblo británico.

Después de 70 años del popular reinado de su madre y con una percepción cambiante del público hacia la familia real, los tiempos que se avecinan para Carlos III pueden ser difíciles.

Los historiadores coinciden en que el rey enfrenta “desafíos sin precedentes” que definirán, para bien o para mal, el futuro de la monarquía británica.